Este verano, en el “taller de matemáticas creativas” cogimos el metro y salimos a la calle, a ver si así nos quedaba más claro eso de pasar de centímetros a metros.
Estuvimos dibujando croquis de las fachadas, cada uno eligió la suya pero el trabajo fue en equipo, entre dos el metro se coge mejor.
De paso, ya que estábamos en la calle, hicimos apuestas a ver quién estimaba mejor qué distancia hay de “fresa” a “Mercadona”, lo comprobamos con el metro y ganó Nacho, qué buen ojo tiene.
Con los datos de nuestras fachadas anotados sobre el papel subimos a la clase y empezamos a darle volumen, pasar de dos a tres dimensiones fue muy fácil y entretenido, entre todos construimos nuestro trocito de calle y nos quedó estupenda.
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